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El cinturón de Kuiper y la nube de Oort
El cinturón de Kuiper y la nube de Oort
Los astrónomos saben desde hace tiempo que existen dos clases diferentes de
cometas.
Primero los cometas de corto periodo, inferior a 200 años, como el de Halley. Su
trayectoria tiene por propiedad encontrarse en el plano de la eclíptica como la
de los planetas.
Luego, los cometas de largo periodo, de más de 200 años, en particular los que
han sido observados una sola vez y cuyo período se estima en varios millones de
años. Sus órbitas son gigantescas y distribuidas aleatoriamente en el cielo, sin
dirección particular.
Este reparto en dos grupos condujo a los astrónomos a postular la existencia de
dos reservas distintas de cometas: el cinturón de Kuiper y la nube de Oort, del
nombre de ambos astrónomos que los imaginaron en los años cincuenta, Gerard Kuiper y
Jan Oort.
Una fotografía de un miembro del cinturón de Kuiper, llamado 28978 Ixion (o
2001 KX76 en la época de su descubrimiento), tomada por el telescopio de 2,2
metros de ESO en Silla, Chile. Se estimó el diámetro del cuerpo en 650
kilómetros, según observaciones del telescopio Spitzer. Crédito:
WFI/MPG/ESO
El cinturón de Kuiper
Los cometas de corto período provienen del cinturón de Kuiper, una región
situada en el plano del sistema solar, más allá de la órbita de Neptuno. Este
cinturón probablemente comienza hacia treinta unidades astronómicas (la distancia
Tierra-sol) y se extiende hasta centenas de unidades astronómicas.
Consideramos que contiene más de 200 millones de pequeños cuerpos helados
susceptibles de convertirse en cometas. Ciertos astrónomos piensan que Tritón,
Plutón y Caronte son objetos de este cinturón, que simplemente se distinguen por
el tamaño excepcional y su órbita.
Son las perturbaciones gravitacionales engendradas por los planetas gigantes que
de cuando en cuando modifican la órbita de uno de estos cuerpos y ponen en
marcha un cambio de trayectoria hacia el Sol.
Observaciones bastante recientes
En los años noventa, los progresos en la observación astronómica permitieron
fotografiar los primeros cuerpos pequeños situados más allá de Neptuno, y que
poseían órbitas circulares (lo que los distingue de los cometas habituales).
Imágenes del cielo obtenidas con poses muy largas comenzaron así a revelar, a
partir de 1992, cuerpos situados a más de treinta unidades astronómicas, la mayoría
con un diámetro de varias centenas de kilómetros.
Estas observaciones confirmaron la existencia del cinturón de Kuiper, que era
hasta entonces sólo una hipótesis.
Las observaciones desde el suelo sólo podían revelar objetos bastante luminosos,
así pues, masivos. Es el telescopio espacial Hubble quien, en 1994, observó por
primera vez cuerpos de dimensiones más pequeñas, de pocos kilómetros a veces.
La nube de Oort
Para los cometas de periodo largo, la reserva es la nube de Oort. Ésta se
extiende sobre distancias entre 30.000 y 100.000 unidades astronómicas, y debe
contener centenas de miles de millones de objetos.
En estas regiones alejadas, los núcleos de cometas se encuentran en una fracción
no despreciable de la distancia que nos separa de las estrellas más próximas.
Estas últimas van, así pues, a provocar perturbaciones gravitacionales que pueden
conducir un cuerpo de la nube de Oort a precipitarse hacia el interior del
sistema solar.
La nube de Oort está probablemente formada de objetos eyectados en las primeras
horas del sistema solar por fenómenos como la resonancia con los planetas
gigantes. Los cuerpos del cinturón de Kuiper, por contra, probablemente se
formaron en el mismo lugar.
Imagen artística del cinturón de Kuiper y de la nube de Oort. Crédito:
Wikimedia Commons/William Crochot |