La Abadía de San Galo (en alemán Fürstabtei
Sankt Gallen) fue durante muchos siglos una de las principales abadías de la
Orden benedictina en Europa. Está situada en la ciudad de Sankt Gallen, en
Suiza. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.
Historia
El monasterio fue fundado en el año 613 y adoptó el nombre por San Galo, un
monje irlandés. Durante el reinado de Pipino el Breve se fundó la famosa escuela
de San Galo, en la cual las artes, las letras y las ciencias florecieron. Bajo
el gobierno del abad Waldo de Reichenau (740-814) se copiaron numerosísimos
manuscritos, formándose así una nutrida biblioteca. Muchos monjes irlandeses y
sajones se establecieron en la abadía para dedicarse a la copia de manuscritos.
A petición de Carlomagno, el Papa Adriano I envió gran cantidad de salmodios
desde Roma, que propagaron el uso del Canto gregoriano.
En el siglo XIII, la abadía y la ciudad principado independiente estaban regidas
por los abades, que adoptaron el título de príncipes del Sacro Imperio Romano.
Bajo los auspicios del abad Pío (1630-1674) comenzaron a imprimirse libros en la
abadía. En 1712, la abadía sufrió el saqueo y el expolio de gran parte de sus
tesoros, siendo llevadas muchas obras a Zúrich y Berna.
En la actualidad queda poco del monasterio original medieval. La mayor parte de
las estructuras, incluida la catedral, se reedificaron en un estilo tardobarroco. |