El puente de Forth (en inglés: Forth Bridge) es un puente
ferroviario en ménsula de varias arcadas que atraviesa el fiordo de Forth, en el
este de Escocia (Reino Unido), a 14 km del centro de Edimburgo. En los últimos
años se denomina frecuentemente Forth Rail Bridge ('puente de tren de Forth')
para distinguirlo del Forth Road Bridge ('puente de carretera de Forth'). El
Forth Bridge conecta Edimburgo con Fife y sirve como arteria de comunicación
entre el noreste y el sureste del país. El puente y su infraestructura asociada
es propiedad de Network Rail. Ha sido descrito como uno de los monumentos más
reconocibles de Escocia. El 5 de julio de 2015 fue declarado Patrimonio de la
Humanidad de la Unesco:
Tendido en Escocia sobre el estuario del río Forth, este puente en ménsula de
arcadas múltiples es el más largo del mundo en su género. Se abrió al tráfico
ferroviario en 1890 y todavía se sigue utilizando actualmente para el transporte
de pasajeros y mercancías por tren. Su estética industrial característica es el
resultado de la sencillez y pureza de sus componentes estructurales. El diseño y
la construcción de este puente, innovador por sus materiales, su estilo y su
envergadura, marcaron un hito importante en la época en el que el ferrocarril se
impuso como medio de transporte terrestre de viajeros y mercancías a largas
distancias.
Construcción y características
El fiordo de Forth ocupa un lugar estratégico como conexión entre el noreste y
el sureste de Escocia. Cruzarlo, sin embargo, era peligroso: las tormentas eran
frecuentes, los transbordadores poco fiables e incluso hasta el siglo XVIII
existía la posibilidad de encontrarse con piratas. Por ello, el Parlamento
decidió construir un puente de ferrocarril que cruzara la bahía. El primer
proyecto para el puente de Forth fue adjudicado a sir Thomas Bouch en 1873, pero
el desplome en 1879 de una de sus obras anteriores, el Tay Bridge, provocó que
las obras se detuvieran cuando solo se habían comenzado a poner los cimientos. A
la muerte de Bouch, el proyecto se transfirió a sir John Fowler y Sir Benjamin
Baker, quienes diseñaron una estructura que fue construida por la compañía de
sir William Arrol entre 1883 y 1890. A Baker se le consideraba "uno de los
ingenieros más destacados del Reino Unido", y junto con su colega Allan Stewart
recibió la mayor parte del crédito por diseñar y supervisar las obras de
construcción.
El puente se considera, incluso hoy, como una obra maestra de la ingeniería.
Tiene 2,5 km de longitud, y su doble vía de ferrocarril se eleva a 46 m sobre el
nivel máximo del agua. Consta de dos tramos principales de 520 m, dos tramos
laterales de 200 m, 15 tramos de aproximación de 51 m y cinco de 7,6 m. Cada
tramo principal contiene dos ménsulas centrales de 104 m de altura, que
descansan sobre pilares de 21 m de diámetro. Los cimientos del extremo sur del
puente fueron construidos mediante caissons bajo aire comprimido, a una
profundidad de 27 m.
En el momento de mayor actividad, aproximadamente 4.600 personas trabajaban en
la construcción del puente. Inicialmente se reconocieron 57 muertes durante las
obras, pero las investigaciones históricas recientes elevan este número a 98.
Otros ocho hombres tuvieron que ser rescatados por botes salvavidas situados a
tal efecto bajo el puente durante la construcción, y cientos de trabajadores
quedaron inválidos o mutilados después de graves accidentes, en un largo
historial de más de 26.000 percances. En 2005, el Grupo de Historia de
Queensferry inició un proyecto para instaurar un memorial dedicado a los
fallecidos durante la construcción del puente. En North Queensferry, igualmente,
se decidió instalar bancos en recuerdo a los fallecidos.
En la construcción del puente se emplearon más de 55.000 toneladas de acero, así
como 18.122 m³ de granito y más de ocho millones de remaches. El puente fue
inaugurado el 4 de marzo de 1890 por el Príncipe de Gales, el que luego sería el
rey Eduardo VII del Reino Unido, quien insertó el último remache, especialmente
diseñado en oro y con una inscripción conmemorativa. Un análisis contemporáneo
de los materiales del puente (hacia el año 2002) descubrió que el acero empleado
era de buena calidad, sin apenas variaciones.
La utilización de ménsulas en el diseño de un puente no era una idea totalmente
novedosa, pero el arquitecto Baker fue pionero en elevar esta idea a una escala
superior, en una línea que después sería ampliamente imitada en diversas partes
del mundo. Gran parte del trabajo realizado no tenía precedentes en aquel
momento, incluidos los cálculos de tensiones durante su erección, las
previsiones hechas para reducir gastos de mantenimiento, los cálculos de
resistencia al viento exigidos tras el desastre del Puente de Tay, los cambios
de temperatura de la estructura, etc. En la medida de lo posible, el puente se
aprovechó además de los elementos naturales del Fiordo de Forth, como la isla de
Inchgarvie, o los promontorios a ambos lados de la bahía.
El puente tiene una velocidad máxima de 75 km/h para los trenes de pasajeros y
30 km/h para los de mercancías. El peso máximo para cualquier tren que cruza el
puente es de 1.422 toneladas, aunque esta limitación se obvia para los
frecuentes trenes de transporte de carbón, siempre y cuando no coincidan dos de
tales trenes al mismo tiempo sobre el puente. El código de disponibilidad de la
vía es RA8, lo que significa que cualquier tren actual del Reino Unido puede
cruzarlo, ya que fue diseñado para soportar las locomotoras de vapor más
pesadas. En la actualidad cruzan el puente unos 190-200 trenes al día. |