El Valle de Orcia (en italiano, Val d'Orcia
o Valdorcia) es un amplio valle italiano situado en la provincia de Siena, en
Toscana, en la parte de la región que delimita con la Umbría. Situado en la
Italia central, se extiende desde las colinas al sur de Siena hasta el monte
Amiata.
Geografía
Se caracteriza por sus colinas suaves, cuidadosamente cultivadas, ocasionalmente
rotas por barrancos y pintorescas ciudades y pueblos como Pienza (reconstruida
como una «ciudad ideal» en el siglo XV bajo el mecenazgo del papa Pío II,
Radicofani (casa del tristemente célebre héroe-bandido Ghino di Tacco) y
Montalcino. Es un paisaje que se ha convertido en familiar a través de su
representación en obras de arte desde la pintura renacentista hasta la
fotografía moderna.
El valle está atravesado por el río Orcia en el centro, que le da el nombre.
Los municipios que forman parte del valle de Orcia son: Castiglione d'Orcia,
Montalcino, Pienza, Radicofani y San Quirico d'Orcia. Otros centros importantes
son Monticchiello, Bagno Vignoni, Montenero d'Orcia y Montegiovi. Muchísimos
lugares de turismo rural, casas rurales y castillos con torres aparecen
dispersos en el aislado y tranquilo paisaje.
El árbol característico es el ciprés. Entre las bebidas destacadas de la zona
están el queso Pecorino di Pienza y el vino Brunello di Montalcino, uno de los
más prestigiosos vinos italianos.
Patrimonio de la Humanidad
El valle es también un importante parque natural, artístico y cultural, y desde
el 2 de julio de 2004 fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco, por estos criterios:
Criterio (iv): El valle de Orcia es un reflejo excepcional de la manera en la
que el paisaje fue re-escrito en los tiempos renacentistas para reflejar los
ideales del bueno gobierno y para crear unas imágenes estéticamente atractivas.
Criterio (vi): El paisaje del valle de Orcia fue celebrado por los pintores de
la escuela sienesa, que florecieron durante el Renacimiento. Imágenes del valle
de Orcia, y particularmente representaciones de paisajes en los que las personas
están representadas viviendo en armonía con la naturaleza, se han convertido en
iconos del renacimiento y han influído profundamente en el desarrollo del
pensamiento paisajístico. |