Vicenza (también escrito
como Vicenzsa o Vicensa en véneto) es una ciudad de 113.946 habitantes (o
hasta 227.226 considerando la franja suburbana), capital de la provincia
homónima ubicada en la región del Véneto (al norte de Italia, a 60 km al oeste
de Venecia y 200 km al este de Milán), sede episcopal católica, una de las
capitales mundiales de la joyería de oro y ocupa el tercer puesto entre las
ciudades industriales del país.
Andrea Palladio, famoso arquitecto vicentino.Es conocida también como la Ciudad
de Palladio (Città del Palladio, en italiano), pues el famoso arquitecto ejecutó
numerosas obras en ella. En efecto, Vicenza es también un centro arquitectónico
de primer orden en el Véneto y en Italia, así como centro turístico y cultural
al que acuden personas de todas las regiones italianas y del mundo entero. Este
status tan especial fue avalado en 1994 con la declaración de la Unesco por la
que fue inscrita entre el Patrimonio de la Humanidad. En 1996 la UNESCO añadió
también las Villas palladianas a dicha declaratoria, por lo que actualmente es
patrimonio de la Humanidad la «Ciudad de Vicenza y las villas palladianas del
Véneto».
Las villas palladianas (en italiano, ville palladiane) son un conjunto de
villas localizadas en la región del Véneto (Italia), concentradas en su mayor
parte en la provincia de Vicenza, edificadas en torno a la mitad del siglo XVI
por el arquitecto Andrea Palladio para las familias más importantes del lugar,
en general aristócratas pero también algunos miembros de la alta burguesía.
Junto a la ciudad de Vicenza 24 villas palladianas del Véneto han sido
incluidas, entre el año 1994 y el 1996, en la lista de Patrimonio de la
Humanidad de la Unesco.
Las villas palladianas se distinguen de las villas romanas y de las villas
mediceas toscanas: no se destinaban sólo al ocio de sus propietarios, sino que
eran también centros de producción. Normalmente estaban rodeadas de grandes
extensiones de campos y viñedos, e incluían almacenes, establos y depósitos para
el trabajo del campo.
Usualmente tienen alas laterales, las barchesse destinadas a contener los
ambientes de trabajo y sobre todo a dividir el espacio de los usuarios del
cuerpo central de aquellos de los trabajadores, con la finalidad de que estos
últimos no molestaran a los propietarios los cuales de esta manera no
interferían con el trabajo.
La arquitectura de la villa
La reputación de Palladio a los inicios, e incluso después de su muerte, se
funda en su habilidad como diseñador de villas. Durante la guerra de la liga de
Cambrai (1509-1517) resultaron muy dañadas las casas y las infraestructuras
rurales. La recuperación de los niveles de prosperidad precedentes en la campaña
fue probablemente lento, y data de los años 1540, con el crecimiento del mercado
urbano de los productos alimenticios y la decisión a nivel gubernamental de
liberar Venecia y el Véneto de la dependencia del cereal importado, y
especialmente de aquel que provenía del siempre peligroso Imperio otomano. Esta
enorme inversión en agricultura y en las estructuras necesarias para la
producción agrícola aceleró el paso. Durante decenios los propietarios de
terrenos habían adquirido constantemente, bajo el estable gobierno veneciano,
pequeñas parcelas, y habían consolidado sus dominios no sólo a través de la
adquisición, sino también el intercambio de grandes poderes con los otros
propietarios. Las inversiones en irrigación y el drenaje acrecentó ulteriormente
el rédito de los ricos latifundistas.
Las villas de Palladio, esto es, las casas de los propietarios fundiarios,
respondían a la necesidad de un nuevo tipo de residencia rural. Sus diseños
reconocen implícitamente que no era necesario tener un gran palacio en el campo
modelado directamente sobre aquellos de la ciudad, como son de hecho muchas
villas de finales del siglo XV (como la enorme villa da Porto en Thiene).
Cualquiera más pequeña, a menudo de una sola planta principal habitable, era
apta como centro para controlar la actividad productiva de la que derivaba
probablemente la mayor parte del rédito del propietario, y para impresionar a
los usuarios y vecinos además de para entretener a huéspedes importantes. Estas
residencias aunque fueron a menudo más pequeñas que las villas precedentes, eran
igualmente eficaces en relación con el fin de establecer una presencia social y
política en el campo y estaban adaptadas para el reposo, la caza y para huir de
la ciudad, siempre potencialmente malsana.
Las fachadas, dominadas por frontones normalmente decorados con los símbolos del
propietario, anunciaban una poderosa presencia en un territorio vasto y llano, y
no tenían necesidad, para ser visibles, de tener la altura de los palacios
ciudadanos. Sus logias ofrecían un lugar placentero y a la sombra para
entretenerse, conversar o la ejecución musical, actividades que se pueden ver
celebradas en las decoraciones de la villa como, por ejemplo, en villa Caldogno.
En el interior Palladio distribuía las funciones vertical u horizontalmente. Las
cocinas, la despensa, la lavandería y las bodegas se encontraban en la planta
baja: el amplio espacio espacio bajo el techo se empleaba para conservar el
producto más precioso de la explotación: el grano, que incidentalmente servía
también para aislar los ambientes habitables inferiores. En la planta principal,
habitada por la familia y sus invitados, las estancias más públicas (la logia y
el salón se encontraban sobre el eje central mientras que a derecha e izquierda
se iban abriendo habitaciones de distinto tamaño: desde las grandes cámaras
rectangulares, a través de estancias cuadradas de dimensiones medias, hasta las
pequeñas rectangulares, usadas a veces por los propietarios como estudios para
administrar el fundo.
Las habitaciones de los propietarios no eran con frecuencia la única
construcción de la que Palladio era responsable. Las villas a pesar de su
apariencia no fortificada y sus logias abiertas, descendían aún directamente de
los castillos y estaban rodeadas por un patio cerrado por un muro que le dotaba
de la necesaria protección de los bandidos y malhechores. El patio («cortivo»)
contenía las barchesse, palomares, hornos para el pan, gallineros, habitaciones
para los campesinos y los servidores domésticos, estancias para hacer el queso y
bodegas para exprimir la uva. Ya desde el siglo XV se solía crear un patio
delante de la casa, con un pozo, separada respecto al patio de servicio y con
sus barchesse, los animales y los espacios para cribar el grano. Jardines,
huertos de verduras y de especias, estanques para peces y, casi invariablemente,
un gran huerto de árboles frutales (el brolo) estaban todos reagrupados o
localizados en el interior del muro que rodeaba el lugar.
En sus diseños Palladio buscó coordinar todos estos elementos diferentes que en
los conjuntos precedentes no estaban colocados en consideración a la simetría
visual y la jerarquía arquitectónica, sino a menudo en base a la forma del área
disponible, generalmente delimitada por calles y cursos de agua. Incluso la
orientación era importante: en su obra Quattro libri dell'architettura
(publicada en Venecia en 1570), Palladio afirma que las barchesse debían estas
hacia el sur de manera que se tuviera seca la paja para evitar que fermentase y
se pudriera.
Palladio encontró inspiración en los grandes complejos que se parecían a las
casas de campo rodeadas por sus dependencias, o que realmente creía que eran
complejos residenciales -ejemplo de ello es el templo de Hércules Vencedor en
Tívoli, que había encontrado. Es claro por ejemplo, que las barchesse curvas que
recorren el costado de la imponente fachada de la villa Badoer recordaban a las
que eran entonces visibles en el foro de Augusto. En su tratado, Palladio
muestra generalmente el sistema de villas simétricas, pero en realidad era
consciente del hecho de que en caso de que no pudieran exponerse ambos lados de
las barchesse al sur, como en el caso de villa Barbaro en Máser, el complejo
nunca sería construido simétricamente. Un ejemplo es la villa Poiana donde la
gran barchessa con refinados capiteles dóricos está ciertamente diseñada por
Palladio. La barchessa existente está expuesta al sur, y no está equilibrada por
un elemento correspondiente en el otro lado de la fachada principal.
Localizaciones
Veinticinco son los lugares donde se encuentran edificios protegidos por la
Unesco, todos ellos en la región del Véneto:
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