El Parque Nacional del Teide
ocupa la zona más alta de la isla de Tenerife (Canarias, España). Declarado en
1954 como Parque Nacional del Teide, es el mayor y más antiguo de los parques
nacionales de las Islas Canarias. En 1981 el parque fue reclasificado y se
estableció un régimen jurídico especial. En 1989, el Consejo de Europa concedió
al parque nacional el Diploma Europeo, en su máxima categoría. Este
reconocimiento a la gestión y a la conservación ha sido posteriormente renovado
en 1994, 1999 y 2004. Como celebración del 50 aniversario de su transformación
en parque nacional, en 2002 se iniciaron los trámites para que la Unesco lo
nombrase Patrimonio de la Humanidad. El día 28 de junio de 2007, tras cinco años
de trabajo y esfuerzo, la Unesco decidió declarar el Parque Nacional del Teide
Patrimonio de la Humanidad en su Convención de Patrimonio Mundial de la UNESCO
reunida en Christchurch, Nueva Zelanda. En esta zona se encuentra el volcán del
Teide que con sus 3.718 metros, es el pico más alto de Canarias, de España y de
cualquier tierra emergida del Océano Atlántico. Es además, el tercer volcán más
alto del mundo, sólo superado por el Mauna Loa y el Mauna Kea en Hawai.
El Teide, en la isla de Tenerife, fue en 2008 el Parque Nacional más visitado de
los cuatro con los que cuentan las Islas Canarias con un total de 2,8 millones
de visitantes, según datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC).
Ha sido en el Observatorio Atmosférico de Izaña donde hubo más horas de sol en
2007 en España, con 3.845, y también fue el lugar donde se registró la
temperatura media más baja, 10,2 grados de media en todo el año (según se
desprende de los datos de los que dispone el Instituto Nacional de Estadística,
recogidos en su anuario estadístico).
Después de diferentes revisiones y ampliaciones, su superficie es de 18.990
hectáreas.
Historia
El Parque Nacional del Teide tiene un amplio valor histórico. Este lugar, aparte
de tener un importante significado espiritual para los guanches, venía a ser un
recurso fundamental para el sustento y supervivencia de estos pobladores en
algunas épocas del año, ya que en los períodos estivales era numerosa la
concentración de ganados y el pastoreo en esta zona. En el parque son
importantes los yacimientos arqueológicos que se han descubierto. Los guanches
conocían al Teide con el nombre de "Echeyde" cuyo significado era "morada de
Guayota, el Maligno". Según la leyenda, Guayota secuestró al dios del Sol, para
los guanches Magec, y lo encerró en el interior del volcán sumiendo a la isla en
total oscuridad. En ese momento los guanches invocaron a Achamán, su dios
celeste supremo, y suplicaron su ayuda. Achamán consiguió derrotar a Guayota y,
logro de ese modo, poner fin al cautiverio del Sol y sellar la boca de Echeyde.
Este relato parece coincidir con el último gran episodio eruptivo del Teide. En
el año 1492, justo cuando Cristóbal Colón partía de la isla colombina dispuesto
a conquistar el nuevo mundo el Teide se encontraba en erupción. En 1798, la
última gran erupción producida, constituyó las denominadas Narices del Teide en
la que 12 millones de metros cúbicos de lava fueron vertidos durante tres meses
desde el Pico Viejo.
Biodiversidad
En el Parque Nacional del Teide se suman un total de 168 plantas superiores. De
ellas, 58 son consideradas plantas endémicas canarias. En la actualidad, según
el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, tres especies vegetales se
encuentran en peligro de extinción y otras doce en situación vulnerable. Para
muchos endemismos, las paredes y oquedades que las piedras de las Cañadas
conforman, suponen un verdadero refugio para su conservación. Destaca por
ejemplo el tajinaste rojo (Echium wildpretii), la jara de Las Cañadas (Cistus
osbeckifolius), el rosal del guanche (Bencomia extipulata), en grave situación
pues su población no supera los 50 ejemplares, y la escasa Helianthemum juliae.
Superando los 2.400 m de altitud crece una planta muy frágil y delicada, la
violeta del Teide (Viola cheiranthyfolia). Ésta, no sólo es una de las pocas
plantas que habita en la alta montaña, sino que además se encuentra dentro del
corto grupo de plantas que florece a mayor altitud de todo el territorio
nacional.
Con objeto de dar respuesta a las muchas amenazas a las que está sometida esta
flora (influencia humana, especies introducidas), se han aprobado distintos
planes que buscan arrojar luz al futuro de este sensible ecosistema. Estos
planes intentan coordinar el desarrollo de las diferentes actividades que se
pueden llevar a cabo para tratar de recuperar las poblaciones de estas especies:
semilleros masivos en vivero, colecta de semillas, análisis de la estructura,
restituciones, experiencias de germinación en laboratorio, dinámica y genética
de poblaciones.
Dentro del apartado de fauna, las especies que habitan el parque nacional de
forma temporal o permanente a lo largo del año son la abubilla, el alcaudón
real, la bisbita caminero, el búho chico, el canario, el cernícalo vulgar,
conejos, cuervos, la curruca cabecinegra y la curruca tomillera, gavilánes, el
herrerillo común, el lagarto tizón, la lavandera cascadeña, mirlos, mosquiteros,
el murciélago orejudo canario, la paloma bravía, la perdiz moruna, el perenquén
de Delande, el petirrojo, el pinzón azul, ratónes, tórtolas y el vencejo
unicolor. |