Nesebar, conocida antiguamente como Mesembria, es una ciudad búlgara
de singular belleza situada en la costa del mar Negro, en la provincia de
Burgas, y que tiene en la actualidad algo más de 12.300 habitantes.
En la época contemporánea, se ha convertido en un lugar de especial interés para
visitantes del mundo entero por el importante patrimonio histórico-artístico que
atesora su casco antiguo y por su proximidad al centro turístico de Slanchev
briag (Costa del Sol).
La historia de la ciudad antigua es larga y rica, consecuencia de un
emplazamiento estratégico entre tres imperios históricos -el bizantino, el
búlgaro y el otomano-, si bien sus orígenes se remontan al siglo VI a.C., en que
fue fundada con el nombre de Mesembria como colonia griega sobre un anterior
asentamiento tracio llamado Menebria que data del segundo milenio a.C.
Está erigida sobre una pequeña península (previamente una isla que fue unida
artificialmente al continente por un istmo de 400 metros de longitud) y
constituye una de las ciudades con mayor número de iglesias per cápita del
mundo.
Llegaron a existir 42, de las que más de la mitad han sido descubiertas y
conservadas por arqueólogos, aunque en la actualidad tan solo en una se
practican oficios religiosos (de confesión cristiana ortodoxa).
Sus iglesias representan algunos de los mejores ejemplos de arte tanto búlgaro
como bizantino.
En 1983, la Unesco incluyó Nesebar en su lista de ciudades Patrimonio de la
Humanidad
Historia
El asentamiento tracio original llamado Menebria y datado del segundo milenio
a.C. se convirtió en una colonia griega fundada por los dorios de Megara, que
denominaron Mesembria, y pronto llegó a ser un importante centro comercial que
recibía mercancías de los mares Egeo y Mediterráneo y que acuñó su propia moneda
desde el siglo V a.C., lo que supuso hacerle competencia a otra ciudad griega en
esta parte de la costa del mar Negro: la colonia jonia Apolonia (actual Sozopol).
Del periodo helenístico se conservan en la actualidad la acrópolis, un templo de
culto a Apolo, un ágora y un muro en el norte de la península que fue parte de
una fortificación.
La ciudad cayó bajo el Imperio romano en el 71 a.C., constituyó uno de los
bastiones más importantes del Imperio bizantino a partir del siglo V y fue
disputada entre bizantinos y búlgaros, que consiguieron conquistarla en el 812
liderados por el kan Krum, la cedieron de nuevo a Bizancio en el 864 y la
reconquistaron con el zar Simeón I el Grande.
Durante el segundo Imperio búlgaro, también fue objeto de rivalidad entre
búlgaros y bizantinos, y vivió una época de especial prosperidad bajo el reinado
del zar Ivan Alexander (1331-1371), tras la que fue conquistada por los cruzados
y volvió a pertenecer a Bizancio. Existen testimonios de la versión eslava del
nombre, Nesebar o Mesebar, desde el siglo XI.
Los monumentos medievales conservados incluyen Stara Mitropolia (antiguo
episcopado, conocido también como Santa Sofía), una basílica sin transepto; la
Iglesia de la Virgen, del siglo X; y Nova Mitropolia (el nuevo episcopado), del
siglo XI. En los siglos XIII y XIV se construyeron una notable serie de
iglesias: San Teodoro, Santa Paraskeva, San Miguel y San Gabriel, San Juan
Aliturgetos, de entre las que destaca la del Cristo Pantocrátor.
La conquista de la ciudad por los turcos en 1453 marcó el comienzo de su
declive, pero su herencia arquitectónica se mantuvo y enriqueció en el siglo XIX
con la construcción de casas de madera según el típico estilo rumeliano oriental
de la costa búlgara del mar Negro en aquella época.
Tras la liberación de Bulgaria del Imperio otomano en 1878, Nesebar formó parte
de la provincia otomana autónoma de Rumelia Oriental hasta que esta se unió a
Bulgaria en 1885.
A finales del siglo XIX, Nesebar era una pequeña ciudad de pescadores y
vinicultores griegos, pero se desarrolló como centro costero búlgaro desde el
comienzo del siglo XX. Tras la marcha de los griegos en 1925, se construyó una
ciudad nueva y la antigua fue restaurada. |