Las iglesias rupestres de Ivanovo son un
grupo de iglesias, capillas y monasterios tallados en la roca, situados cerca de
la población de Ivanovo, a 16 km de la ciudad de Ruse, en la provincia del mismo
nombre de Bulgaria. Las iglesias se encuentran a lo largo de las elevadas
orillas rocosas del río Rusenski Lom, a 32 metros sobre el nivel del agua.
Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Historia
Hacia 1320, Joaquín, futuro patriarca de Bulgaria, funda la primera comunidad
monacal en las cuevas de la región. Hasta el siglo XVII, los monjes excavaron
sus celdas, iglesias y capillas en la roca. De esta manera se construyeron
cuarenta iglesias y unos trescientos edificios en total, muchos de los cuales no
se conservan.
Durante el Segundo Imperio Búlgaro, varios monarcas, como Iván Asen II
(1218–1241) e Iván Aleksandăr (1331–1371), hicieron donaciones al complejo, como
ponen de manifiesto los numerosos retratos en las iglesias. Durante los siglos
XIII y XIV, la relación de los monasterios con la nobleza de la capital Veliko
Tarnovo fue también intensa. Fue uno de los centros del hesicasmo en Bulgaria
durante el siglo XIV, pero comenzó a decaer gradualmente en los primeros siglos
de la ocupación otomana de Bulgaria.
Arte
El complejo monacal debe su fama a sus frescos de los siglos XIII y XIV
conservados en cinco de las iglesias, considerados ejemplos extraordinarios del
arte búlgaro medieval. Los frescos se encuentran en la Capilla del Arcángel
Miguel (la Iglesia Enterrada), el baptisterio, la capilla Gospodev Dol, la
Iglesia de San Teodoro (la Iglesia Demolida) y la de la Santa Madre de Dios. Los
frescos del siglo XIV de esta última se encuentran entre los ejemplos más
representativos del arte paleológico.
También se han conservado muchas inscripciones antiguas, entre las que destaca
la famosa inscripción indentada del monje Ivo Gramatik de 1308–1309. |