El Crac de los Caballeros (Krak des
Chevaliers en francés, fortaleza de los caballeros en una mezcla de árabe y
francés) es un castillo situado en la actual Siria que fue la sede central de la
Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en Siria durante la época de las
cruzadas.
Fue incluido por la Unesco en el Patrimonio de la Humanidad, en el año 2006
junto con el
Castillo de Saladino.
Historia
El castillo fue construido por los cruzados sobre un espolón del desierto sirio
con el fin de proteger la ruta que unía la ciudad siria de Homs (bajo dominio
musulmán) con Trípoli (Líbano), capital del condado del mismo nombre, en la
costa del Mediterráneo.La fortaleza original había sido construida por el emir
de Alepo. Fue capturado por Raimundo IV de Tolosa en 1099 durante la Primera
Cruzada, pero fue abandonado cuando los cruzados siguieron su ruta hacia
Jerusalén. Fue recupado por Tancredo, príncipe de Galilea en 1110. Raimundo II,
conde de Trípoli, se lo cedió a los caballeros hospitalarios en 1142. Durante el
siglo y medio siguiente, los caballeros construyeron una imponente fortaleza, la
mayor de Tierra Santa, que resistió al menos doce asaltos por parte de los
musulmanes.
Construcción
El castillo se construyó en dos etapas. En la primera se levantaron los muros
exteriores y un núcleo interior de pequeñas edificaciones cuadradas, de forma
que para 1170 la fortaleza estaba terminada. En 1202 un terremoto afectó a parte
de las fortificaciones, de forma que poco después se acometió una profunda
reestructuración. Así surgió el núcleo actual de fortificaciones y las defensas
exteriores: un muro externo de treinta metros de anchura con siete torres de
8-10 metros de anchura, creando una fortaleza concéntrica. Las laderas
escarpadas del espolón se aprovecharon con fines tácticos.
Aunque el risco en el que estaba situada proporcionaba un emplazamiento ideal,
una fortificación situada en este punto poseía dos púntos débiles: la puerta
principal y el flanco sur, abierto a la llanura. Para proteger este expuesto
lado, se levantó un muro de albañilería con tres grandes torres, precedido de un
enorme parapeto de mampostería que en algunas zonas medía 25 metros de espesor.
El problema de la entrada se resolvió haciendo que el acceso a ella se
construyera en zigzag por el declive escarpado, de manera que un posible invasor
se expondría durante su asalto al fuego de los adversarios. Entre las puertas
exterior e interior, un angosto pasillo entre muros y defensas colosales.
La posibilidad de rendir la fortaleza mediante asedio también resultaba inútil.
La fortaleza poseía un almacén de 120 metros de largo y almacenes adicionales
excavados en el acantilado bajo la fortaleza, donde se almacenaba agua y
alimentos suficientes para mantener largo tiempo a una guarnición de 2.000
hombres. Se estima que podría haber resistido un asedio de cinco años.
Además del control de la ruta hacia el Mediterráneo, los caballeros
hospitalarios ejercieron cierta influencia sobre el lago Homs al este, donde
podrían haber controlado la industria pesquera y vigilado los ejércitos
musulmanes reunidos en Siria. |