Otras galaxias
La naturaleza de las nebulosas
Los diferentes tipos de galaxias
Los brazos espirales de las galaxias
Las galaxias enanas y gigantes
Las galaxias particulares
Las galaxias de Seyfert, radiogalaxias y blazars
Los quásares
Un agujero negro supermasivo
El modelo unificado de galaxias activas
Las primeras observaciones de agujeros negros supermasivos
Las interacciones de galaxias
Cúmulos y estructura a gran escala
Grupos y cúmulos de galaxias
Supercúmulos y estructura a gran escala
Los diferentes tipos de galaxias
Las galaxias elípticas
Las galaxias elípticas presentan una forma esférica u oval sin estructura
interna y de brillo más o menos uniforme. Las estrellas en su seno van y vienen
en todos los sentidos de modo desordenado. Si no estuvieran en movimiento,
acabarían por caer hacia el centro de la galaxia y ésta se colapsaría bajo su
propia gravedad, pero a causa de su movimiento, las estrellas están sometidas a
una fuerza centrífuga que les impide caer hacia el centro.
Las galaxias elípticas están principalmente formadas por estrellas
viejas
y rojas, y están más o menos desprovistas de astros jóvenes y masivos.
Contienen sólo una cantidad muy escasa de gas y polvo, y el medio interestelar es,
pues, prácticamente inexistente. Estos dos hechos están vinculados, ya que el gas
es el ingrediente necesario para la
formación de
estrellas. Si está ausente, ninguna estrella nueva puede formarse, y todas
las estrellas presentes se formaron entonces en una época en la que el gas
interestelar estaba todavía disponible. Son necesariamente astros de
duración de vida
muy larga, por lo tanto, poco masivos y rojos.
La galaxia elíptica NGC 1132 a 300 millones de años-luz de nosotros,
fotografiada por el telescopio espacial. Crédito:
NASA / ESA
Las galaxias espirales
Las galaxias espirales son más complejas. Están esencialmente constituidas por
dos elementos: un núcleo esférico rodeado de un disco de materia, en el cual
aparece una estructura
espiral. Hay una gran diversidad de forma, desde un núcleo enorme rodeado de
pequeños brazos espirales hasta un núcleo minúsculo con brazos muy largos.
Esta clase de galaxias todavía se subdivide en dos grupos: las espirales
normales, en las cuales los brazos se desarrollan directamente a partir del
núcleo, y las espirales barradas, que presentan una gran barra central cuyas
extremidades son el punto de partida de los brazos (es el caso de nuestra
Galaxia).
La galaxia espiral barrada NGC 1365 fotografiada por el VLT. Crédito:
VLT
Para las galaxias espirales, no es una agitación interna aleatoria que impide el
colapso gravitacional, sino una rotación global de la galaxia. Cada estrella da
vueltas alrededor del núcleo, y es este movimiento orbital que da origen a una
fuerza centrífuga. La rotación global de la galaxia es también responsable del
aplanamiento del conjunto y de la formación del disco.
Las espirales poseen estrellas de todas las edades y todas las masas, así como
una gran cantidad de gas y polvo. Allí también los dos hechos están vinculados,
ya que un medio interestelar rico significa que tiene aún suficiente materia
para formar numerosas estrellas, de ahí la presencia de astros jóvenes y
masivos. Esto es, sin embargo, verdad sólo en los brazos espirales y, por esta
razón, los brazos aparecen más brillantes y se desprenden del resto para dar a
la galaxia su aspecto característico.
La galaxia espiral NGC 1232, situada a 100 millones de años-luz, y de un
diámetro de cerca de 200 000 años-luz (constelación Eridanus). Crédito:
ESO/VLT
Las galaxias lenticulares
Entre espirales y elípticas existe un caso intermediario, el de las galaxias
lenticulares. Como las espirales, éstas poseen un núcleo voluminoso y un disco,
pero, como las elípticas, carecen de brazos espirales y poseen un medio
interestelar relativamente pobre.
La galaxia lenticular NGC 5866, a 45 millones de años-luz, fotografiada por el
telescopio espacial. Crédito:
NASA / ESA
Las galaxias irregulares
Existe por fin una última categoría, la de las galaxias irregulares, que
contiene todas las galaxias que no entran en los tres grupos anteriores. Estas
galaxias presentan un aspecto deforme la mayor parte del tiempo, y son muy ricas
en gas y polvo. Pueden clasificarse en dos grupos.
En primer lugar, las galaxias que tienen un aspecto irregular, pero cuya
distribución de materia es en realidad muy regular como, por ejemplo, las Nubes
de Magallanes. Éstas están consideradas hoy como espirales que no consiguieron
acabar su formación.
El segundo tipo es el de las galaxias verdaderamente irregulares, tanto desde
el
punto de vista visual como desde el reparto de materia. Esta irregularidad
puede tener diversos orígenes, como una fuerte actividad en el núcleo, o bien una
colisión pasada con otra galaxia.
La Gran Nube de Magallanes, una galaxia irregular situada a 160.000 años-luz
de nosotros y cerca de 30.000 años-luz de diámetro. Crédito: W. - H. Wang
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