De la antigüedad a la edad media
El movimiento aparente de los planetas
Los principios de la astronomía
La astronomía en Mesopotamia
La astronomía de Egipto antiguo
La astronomía griega
La astronomía en tierra de Islam
La llegada de la astronomía moderna
Nicolás Copérnico
Tycho Brahe
Johannes Kepler
Galileo Galilei
Isaac Newton
La mecánica celeste
El nacimiento de la astrofísica
Las ondas luminosas
El análisis espectral, la temperatura y la composición química
El análisis espectral, el efecto Doppler y otras aplicaciones
La astronomía de los siglos XX y XXI
Catalejos y telescopios
La alta resolución angular
La radioastronomía
La astronomía en otras longitudes de onda
La radioastronomía
La luz visible es un rango privilegiado para el hombre, pero representa sólo una
fracción ínfima del espectro electromagnético.
Otros rangos de longitud de onda pueden también abastecernos de una cantidad
increíble de información sobre el Universo.
Evidentemente, para estar en condiciones de analizar esta información, hay
primero que construir instrumentos capaces de detectar las radiaciones no
visibles, lo que explica que esta astronomía sólo se desarrolló en la mitad del
último siglo.
El radiotelescopio Parkes de 64 metros en New South Wales, Australia (el más
grande de los dos). Crédito: John
Sarkissian (CSIRO Parkes Observatory)
La observación en las de ondas de radio
El primer ámbito de longitudes de onda no visible en explotarse fue el de las
ondas de radio.
Algunas observaciones fueron realizadas por pioneros en los años 1930, pero es
sólo después de la segunda guerra mundial que la radioastronomía se desarrolla
verdaderamente. Después, se convirtió en uno de los pilares de la astronomía moderna.
En particular, permitió descubrir algunos de los objetos más interesantes del
Universo, como los púlsares, las radiogalaxias o los quásares. También abrió la
vía al estudio de los diferentes tipos de nubes de hidrógeno que siembran el
medio interestelar, y donde nacen las estrellas.
Con relación a otras luces, las ondas de radio se distinguen por sus grandes
longitudes de onda. Por esta razón, es necesario recurrir a grandes antenas
llamadas radiotelescopios.
Entre los ejemplos más conocidos, podemos citar el radiotelescopio de Effelsberg, Alemania, una enorme antena parabólica de 100 metros de diámetro, o bien el
radiotelescopio fijo de Arecibo, que ha sido construido recubriendo de placas de
aluminio una cavidad natural de 300 metros de diámetro, en Puerto Rico.
Redes e interferómetros
Uno de los problemas mayores de la radioastronomía es la resolución angular muy
decepcionante, incluso con telescopios de varias centenas de metros de diámetro.
La solución más simple consistiría en aumentar todavía más el tamaño de los
instrumentos, pero obviamente es poco factible construir radiotelescopios de un
kilómetro de diámetro o más.
Los radioastrónomos superaron este problema construyendo interferómetros, es
decir, redes de varios radiotelescopios separados unos de otros.
Si se combinan las señales de diferentes antenas que observan simultáneamente el
mismo objeto, es posible obtener informaciones más detalladas e incluso
reconstruir una imagen de éste. La resolución angular de esta imagen está
entonces determinada por el tamaño total de la red, y no la de un único
telescopio, de ahí la posibilidad de ver detalles muy finos.
El Very Large Array (VLA) es un observatorio radioastronómico situado en las
Llanuras de San Agustín, entre las localidades de Magdalena y Datil, a unos 80
km al oeste de Socorro, Nuevo México, EEUU. Crédito:
Hajor, Wikimedia Commons.
Una de las redes más célebres es el VLA en Nuevo México, un conjunto de 27
antenas móviles que se reparten sobre una región de 20 kilómetros.
El VLBA es por su parte una red de 10 antenas de 25 metros distribuidas en todo
el territorio de los Estados Unidos. Con este instrumento, la distancia máxima
entre dos antenas es de 8000 kilómetros, lo que permite obtener una resolución
angular 1000 veces mejor que los telescopios visibles terrestres
Por fin, los mejores resultados son obtenidos cuando radiotelescopios repartidos
sobre varios continentes trabajan juntos. Este método, llamado VLBI, ha sido
sometido a un test por primera vez en 1967, y permitió alcanzar resoluciones
angulares 10.000 veces superiores a las de los telescopios visibles terrestres,
un récord de todas las longitudes de onda combinadas. |