De la antigüedad a la edad media
El movimiento aparente de los planetas
Los principios de la astronomía
La astronomía en Mesopotamia
La astronomía de Egipto antiguo
La astronomía griega
La astronomía en tierra de Islam
La llegada de la astronomía moderna
Nicolás Copérnico
Tycho Brahe
Johannes Kepler
Galileo Galilei
Isaac Newton
La mecánica celeste
El nacimiento de la astrofísica
Las ondas luminosas
El análisis espectral, la temperatura y la composición química
El análisis espectral, el efecto Doppler y otras aplicaciones
La astronomía de los siglos XX y XXI
Catalejos y telescopios
La alta resolución angular
La radioastronomía
La astronomía en otras longitudes de onda
La astronomía en tierra de Islam
Entre la época de Tolomeo y la de Copérnico, un período de más de mil años, la
astronomía no conoce desarrollo notable en Europa. En el mundo islámico, en
cambio, van a producirse importantes progresos entre el siglo IX y el XI, tanto
en herramientas matemáticas de la astronomía como en la observación del cielo.
Un cuadrante de astrolabio (Damasco, Siria, 1333-34). Crédito:
British Museum
Esta edad de oro de la astronomía musulmana va a comenzar bajo el reinado del
califa Al-Rashid y después su hijo Al-Mamun, los dos procurando promover el
trabajo científico y cultural en su imperio. Durante su reinado en Bagdad, entre
813 y 833, el califa Al-Mamun va así a fundar la biblioteca más grande desde la
de Alejandría, la Casa de la Sabiduría, y establecer en el 829 el primer
observatorio astronómico permanente del mundo.
El sabio más notable del siglo IX es el persa Al-Khwarizmi. Escribe el primer
libro sobre álgebra, Hisab al-jabr w' al-muqabala, y funda al mismo tiempo esta
disciplina. Introduce y difunde el uso de las cifras que utilizamos hoy (se las
califica como árabes aunque en realidad sean originarias de la India). Su
principal contribución directa a la astronomía será el libro Sindhind zij,
basado en la astronomía hindú, en el cual establece tablas sobre la posición del
Sol, la Luna y los planetas, y estudia toda una serie temas como los eclipses o
la visibilidad de la Luna.
Hacia la misma época, el persa Al-Farghani escribe los "Elementos de Astronomía" (Kitab
fi al-Harakat al-Samawiya wa Jawami Ilm al-Nujum), una obra basada en la
astronomía de Tolomeo. Introduce también ideas nuevas, por ejemplo, el hecho de
que la precesión
debe afectar la posición aparente de los planetas, no solamente
la de las estrellas. Esta obra desempeñará un papel considerable en Europa
occidental cuando se traducirá en latín en el siglo XII.
En torno al final del siglo IX, la figura dominante es el astrónomo árabe
Al-Battani, que va a observar el cielo desde Siria y hacer medidas de una
precisión notable para la época. Va así a determinar la duración del año solar,
el valor de la
precesión de los equinoccios y la oblicuidad de la eclíptica.
Aprovecha también para establecer un catálogo de 489 estrellas.
Desde un punto de vista más teórico, su obra principal, Kitab al-Zij, es de una
importancia fundamental, porque introduce por primera vez la trigonometría en el
estudio de la esfera celeste. Este nuevo enfoque se revelará mucho más poderoso
que el método geométrico de Tolomeo. Este libro será traducido en latin en el
siglo XII e influirá mucho sobre las grandes figuras europeas de los siglos XVI
y XVII.
En el 994, el astrónomo Al-Khujandi, originario del actual Tayikistán, construye
un enorme sextante mural
al observatorio de Ray, cerca de Teherán, el primer
instrumento que permite medidas más precisas que el minuto de arco. Lo utiliza,
en particular, para determinar un valor más fino de la oblicuidad de la
eclíptica.
El astrolabio es un antiguo instrumento que permite determinar la posición de
las estrellas sobre la bóveda celeste. La palabra astrolabio procede
etimológicamente del griego y puede traducirse como «buscador de estrellas». El
astrolabio era usado por los navegantes, astrónomos y científicos en general
para localizar los astros y observar su movimiento, para determinar la hora
local a partir de la latitud, o viceversa, para averiguar la latitud conociendo
la hora. También sirve para medir distancias por triangulación.
Los marineros musulmanes a menudo lo usaban también para calcular el horario de
oración y localizar la dirección de La Meca. Durante los siglos XVI a XVIII, fue
utilizado como el principal instrumento de navegación, hasta la invención del
sextante, en 1750. Crédito:
Andrew Dunn.
Wikimedia Commons
Hacia la misma época, aparece otro sabio, Al-Biruni, originario de los
alrededores del mar de Aral. Como estos predecesores, se interesa por
numerosos temas como las matemáticas y la geografía. En astronomía, se ilustra
por sus observaciones de eclipses lunares y solares, pero también por un enfoque
más moderno del método experimental, en particular cuando analiza los errores
que manchan sus medidas y las de Al-Khujandi.
En el siglo XI, el persa Omar Khayyam, hoy más conocido por su poesía, se
interesa también por diversos temas, en particular el álgebra y la astronomía.
Crea nuevas tablas astronómicas, pero se distingue sobre todo determinando la
duración del año solar con una precisión extrema para la época.
Esta edad de oro de la astronomía islámica va a acabarse en el siglo XII. Las
obras de este período fasto van a ser traducidas poco a poco en latín, en
particular en Toledo, España, y a difundirse en Europa. Será por medio de
estas traducciones que los sabios europeos del fin de la Edad media
redescubrirán las teorías de Tolomeo y tendrán conocimiento de los avances
hechos en el mundo musulmán. |