Supernovas y estrellas de neutrones
Una supergigante
Una supernova
Nucleosíntesis estelar
Una estrella de neutrones
Un púlsar
La radiación de los púlsares
Las fuentes X y gamma
Las fuentes de rayos X
El enigma de las explosiones de rayos gamma
El origen de las explosiones de rayos gamma
La relatividad restringida
El fin del espacio absoluto
La relatividad restringida
La dilatación del tiempo
La contracción del espacio y el espacio-tiempo
La relatividad general
El principio de equivalencia
La relatividad general y la curvatura del espacio-tiempo
Las verificaciones de la relatividad general
La onda gravitacional
La lente gravitacional
Los agujeros negros
Un agujero negro
El espacio-tiempo alrededor de un agujero negro
Un agujero negro histórico: Cygnus X-1
La relatividad general y la curvatura del espacio-tiempo
Desarrollando sus ideas sobre las consecuencias del
principio de equivalencia,
Einstein acaba en una nueva visión de la gravitación que debía reemplazar a la
de Isaac Newton: la
relatividad general. El aspecto más importante de esta teoría es la desaparición
del concepto de fuerza de gravitación.
Para Einstein, el movimiento de un cuerpo no está determinado por fuerzas, sino
por la configuración del espacio-tiempo. Por ejemplo, según Newton, la Tierra
gira alrededor del Sol porque éste ejerce una fuerza gravitacional sobre nuestro
planeta. Para Einstein, es una perturbación del espacio-tiempo introducida por
la masa del Sol que es la causa del movimiento de la Tierra.
Para comprender mejor esta idea, acudamos a una analogía a dos dimensiones. El
espacio, en relatividad general, puede ser comparado con un tipo de tejido
elástico. La presencia de una estrella puede ser simulada poniendo una bola
sobre este tejido. Ésta se hunde en el tejido, lo deforma y crea allí una
depresión.
¿Qué pasa cuando un cuerpo más pequeño pasa cerca de la estrella? Hagamos rodar
una bola más pequeña sobre el tejido: la trayectoria es primero una simple línea
recta, pero cuando la segunda bola pasa cerca de la primera, penetra ligeramente
en la depresión. Se desvía entonces de su línea recta y su trayectoria se curva.
Sobre este tejido elástico, el movimiento de la bola no es dictado por una
fuerza, sino por la forma del espacio o, más precisamente, por la curvatura de
éste.
El tiempo y el espacio, de acuerdo a las teorías de la Relatividad de
Einstein, van tejidos conjuntamente, formando una tela de cuatro dimensiones
denominada "espacio-tiempo". La enorme masa de la Tierra ahueca esta tela, al
igual que una persona pesada que se sentase en el centro de un botador elástico.
La gravedad, dice Einstein, es simplemente el movimiento de los objetos
siguiendo las líneas curvadas de esa depresión. Crédito:
http://ciencia1.nasa.gov/science-at-nasa/2005/16nov_gpb/
La curvatura del espacio tiempo
La relatividad general abandona el concepto de fuerza y lo reemplaza por el
concepto de curvatura del
espacio-tiempo. Los cuerpos celestes adoptan trayectorias lo más derechas
posibles, pero deben someterse a la configuración del espacio-tiempo. Lejos de
toda distribución de materia, la curvatura del espacio-tiempo es nula, y todas
las trayectorias son líneas rectas. Cerca de un cuerpo masivo como el Sol, el
espacio-tiempo se deforma, y los cuerpos se desplazan en líneas curvas.
Para ser completa, la teoría de la relatividad general debe también dar un medio
de calcular la curvatura del espacio-tiempo creada por una distribución de masa.
Lo hace a través de un sistema muy complejo de fórmulas matemáticas, las
ecuaciones de Einstein, que conectan curvatura del espacio-tiempo y distribución
de masa. Este sistema es tan complejo que solo ha sido resuelto en algunos casos
de figura muy simples, por ejemplo, alrededor de una estrella aislada.
La visión del mundo de Albert Einstein es, pues, muy diferente de la propuesta
por Isaac Newton. Sin
embargo, la mayoría de las veces las dos teorías dan resultados prácticamente
idénticos. Las divergencias sólo aparecen en condiciones extremas, sea por
cuerpos desplazándose a una velocidad próxima a de la de la luz, o sea por
cuerpos que generan campos muy poderosos de gravedad; lo que no es el caso sobre
Tierra en la vida diaria. Es por eso que los
automovilistas y peatones envejecen
al mismo ritmo, así como los
habitantes de la planta baja y del último piso de un edificio. |